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Las leyendas del norte argentino, cultura y tradición

by El Diario de Parana
Leyendas del norte argentino

La cultura de las leyendas del norte argentino se mantienen de generación en generación, y van desde conceptos naturales como el respeto a la naturaleza, el agradecimiento por los frutos de la tierra a los pueblos en épocas de sequía o de abundancia, como otros no tan agradables que hablan de personajes malignos como resultado a la maldad del hombre en la tierra.

Inspiradas en vivencias y creencias místicas, las leyendas, a través de los años, se han convertido en el referente cultural de cada pueblo de Argentina, producto del legado precolombino y etnias indígenas en la región gaucha, que han dado vida a los más increíbles relatos que asustan a locales y maravillan a foráneos.

He aquí algunas de las más populares leyendas del norte argentino que seguro asustarán o fascinarán a más de uno, luego de conocer sus orígenes.

Leyenda de la ciudad de Esteco

Esta fascinante leyenda habla de la ciudad opulenta de Esteco, se dice que vivía mucha gente adinerada, forradas de oro y plata, gente con carácter egoístas y soberbios, de corazón frio, orgullosos y prepotentes, incapaces de ayudar a los pobres. Un día llego un misionero muriéndose de hambre y sed y fue de puerta en puerta buscando ayuda, y nadie quiso ayudarle.

Solo una humilde mujer, mató a su única gallina y le dio de comer. El misionero en su asombro empezó a predicar por todas partes en la ciudad de Esteco que abandonaran ese estilo de vida tan egoísta y se dedicaran ayudar al prójimo o les vendría un gran terremoto que acabaría con todo en calidad de castigo. Ninguno creyó y todos se burlaban de su palabra.

En vista de la burla, el misionero le comento a la mujer pobre que tomara a su hijo y se marchara de la ciudad, y que por más que escuchara lamentos y destrucción a su paso, no volteara jamás, y siguiera su camino.

Al día siguiente la mujer se disponía a irse del pueblo, cuando de repente con un estruendoso ruido, la tierra se estremeció en un espantoso terremoto y bolas de fuego salían por todas partes desde la tierra, tragándose la ciudad entera, la mujer al escuchar todo aquello, le pudo la curiosidad y volteo, convirtiéndose en piedra inmediatamente.

La leyenda que relatan los campesinos es, que, si existe una piedra con forma de mujer con un niño en brazos que cada año, da un paso a la ciudad de Salta, y que la ciudad de Esteco fue tragada por la tierra en castigo por sus soberbios habitantes.

El Farol de Mandinga o Luz Mala

De carácter religioso, esta leyenda relata acerca de una luz maligna o llamada la tentación del diablo, que se visualiza en las épocas más secas del año en los cerros y quebradas áridas, y que en realidad es resultados de gases desprendidos de la tierra a causa de la descomposición de objetos enterrados por ancestros.

También es relacionadas con espíritus de almas en pena, que no han podido encontrar descanso eterno y que en esa época del año salen para asustar a locales. Es muy común ver esta luz más brillante desprenderse del suelo los 24 de agosto en el día de San Bartolomé.

Caá Porá

Cuenta la leyenda norteña, que este mítico personaje se encuentra en los montes, para espantar a los cazadores furtivos de animales salvajes, de apariencia gigantesca y peluda, y montado en un animal, dicen que se come a los animales heridos para evitar que los cazadores se lo lleven y usa una pipa hecha de tibia y cráneo humano. Bastante espeluznante esta leyenda.

Leyendas del norte argentino

Caá Porá

El Coquena

Dicen que es el protector de los animales de campo y de los cerros. Son muchos los que comentan de su aparición a los cazadores y pastores que usan armas de fuego en los predios. Los que lo han visto dicen que es un hombrecillo de estatura pequeña, barba, de apariencia amistosa y elegante y un collar de víboras brillante.

Un encuentro con Coquena no necesariamente es presagio de mal augurio si descubre a una persona cazando por hambre. De lo contrario, si ve que se mata con fines de venta, el castigo es la muerte misma, de los castigos de Coquena hay muchas anécdotas de cazadores que caen muertos en el acto. Para pedirle permiso a Coquena, hay que dejarle ofrendas.

Leyendas del norte argentino

El Coquena

La Pachamama

La leyenda habla de un hombre llamado Hilario y su hijo que cazaban constantemente para su propio alimento, más también comenzaron hacerlo con fines comerciales. Es sabido que la madre tierra no le gusta la caza para tales fines, a su modo trató de advertirle al cazador que parara su caza furtiva.

Temblores de tierra y desapariciones de personas que lo ayudaban, no sirvieron para que el cazador respetara la naturaleza, hasta que la Pachamama desapareció a su único hijo, a cambio de todos los animales que se había llevado, queriendo darle una lección al cazador.

La Yerba Mate

La leyenda relata que Yací, la luna, le pide a su amiga Arai, la nube, transformarse en mujeres, para recorrer la selva, una vez allí y distraídas por tanta belleza, no se percatan de un sigiloso tigre, que cuando se disponía a atacarlas, es alcanzado por la flecha de un indio guaraní que se encontraba cazando.

Las muchachas al ver el valor de indio, en agradecimiento, se le aparecen en sueños, indicándole que, al despertar, encontraría una planta nueva de hojas brillantes y ovaladas, que tostadolas, moliéndolas, y preparadas en infusión, serían la bebida que juntaría corazones y alejaría la soledad, una bebida de regalo para sus hijos y los hijos de sus hijos.

El Zupay

La leyenda del Zupay, representa todo lo maligno de la tierra, el mismísimo diablo, que cuando aparece impregna el lugar con azufre, y representa las más bajas tentaciones, e incauta a los inocentes con contratos malignos imposibles de romper.

Leyendas del norte argentino

El Zupay

El duende, La laguna de Alejandro, La mulanima, la viuda, La leyenda del Kakuy, la Leyenda del Algarrobo, entre otras más rodean la vasta lista de leyendas del norte argentino, que nos acercan más a su cultura y tradición.

Las leyendas del norte argentino han ayudado a mantener el equilibrio en ciertos lineamientos culturales o naturales, y le recuerdan al pueblo de donde vinieron sus ancestros y definitivamente hacia donde van sus tradiciones.

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